Esta
interrogante es un dilema que se repite, una y otra vez en muchas
organizaciones de mujeres en todo el país.
Personalmente,
me he sentido víctima del rechazo y las miradas acusadoras de muchas mujeres
que dicen auto llamarse feministas y sienten con profundo recelo mi presencia
en debates y foros de mujeres.
Aún
convencido de mi posición en pro de los derechos humanos de las personas,
independientemente de su sexo físico biológico, identidad o expresión de
género, entre otros condicionantes socio-culturales y biológicos, les confieso
que en muchas ocasiones sentí indignación e impotencia cuando mis opiniones
fueron invalidadas por el simple hecho de tener un pene entre las piernas y
acusarme de machista.
Por
algún tiempo llegué
incluso a pensar que para estar bien dentro del movimiento de mujeres tenías
que cumplir las siguientes cualidades:
1.
Ser
gay o trans.
2.
Ser
sumiso.
3.
Estar
siempre a favor de todo lo que se dice y hace.
A
partir de diversos debates y reflexiones con mis amistades dentro de las
organizaciones sociales y de mujeres, compañeras de lucha, enemistades que me
gane, etc. He aquí las conclusiones a las que he llegado…
Sos
un hombre feminista si….
- Aun desconociendo las “teorías” feministas, sentís, crees y luchas desde tu cotidianidad que a las mujeres se les debe de respetar y punto.
- Estas dispuesto a renunciar a los privilegios del sistema machista, porque también reconocés las desventajas del mismo.
- Crees que la igualdad de los géneros nos benefician a todas las personas por igual.
- Te organizás, escribís, promovés y defendés por diferentes medios orales y escritos tus posturas claras a favor de los derechos humanos de las mujeres.
- No te sentís menos, ni más que una mujer.
- Reconoces tus fallas y sabes pedir disculpas.
- Te sentís parte del movimiento de mujeres, mucho más allá de las organizaciones.
- Estás sumamente convencido que para acabar con la violencia, hay que trabajar todos juntos de la mano. (Tejido social).
- Te reconocés como parte del problema, pero más importante aún, como parte de la solución.
- Respetás a las mujeres y exigís el mismo respeto para vos.
- Creés en la lucha feminista, la cuestionar, pero más importante aún, la apoyás.
- Reconocés las divergencias, pero también las convergencias. Identificás las debilidades del sistema, pero también sus fortalezas.
- Respetas las desiciones que tomen las mujeres que rodean tu vida (Madre, hermanas, amigas, vecinas, cuñadas, etc.)
Más
o menos así dejo mis aportes a esta reflexión que se vive a secreto de voces.
Espero no molestar a nadie y que este articulo sirva para el inicio de un debate, abierto,
reflexivo y respetuoso. Partiendo de la imposibilidad de construir un mundo mejor
de manera aislada, mujeres en un extremo y hombres en el otro.
Afectuosamente.
Yaser
Morazán.
Te felicito, coincido con vos. El problema fundamental no es ser hombre para asumir antifeminismo, ni lo es para ser feminista, lo básico es el respeto al derecho humano.
ResponderEliminarA propósito, recuerdo haber leído de Buda: Los hombres son como cuervos, pavoneándose por todos lados, buscando su beneficio propio; y las mujeres son como enredaderas, tratando de encontrar un árbol de soporte.