lunes, 8 de junio de 2015

Evita que te asalten en el taxi.


Preparándonos para la taxiventura. 

1. Como dice mi  vecina la chismosa: -Lo primero es lo primero, y lo primero empieza en casa decidiendo la ropa que lucirás frente al amable taxista que de seguro te juzgará y cobrará por tu apariencia. Es momento de dejar a un lado el glamour, o al menos ocultar temporalmente las marcas de ropa colocadas de manera “discreta” (Fenómeno moderno) en las gorras, camisas, mochilas y demás accesorios que delaten tu falsa burguesía.

2. Tampoco es momento de presumir accesorios como: relojes, aretes, pulseras, collares y nada que sea el equivalente a un rótulo visual que pida a gritos  “Róbenme”.  Tu integridad física te lo agradecerá.

3. Distribuye y esconde tu dinero en lugares sumamente estratégicos, algunos que te recomiendo son: zapatos, calcetines o el calzón, pero cuidado con una infección vaginal o “penal”. Siempre es bueno llevar el dinero que utilizarás y el otro que posiblemente te roben. Las películas de detectives pueden ser una opción para inspirarte y descubrir lugares secretos de tu cuerpo y ropa. 

4. Salir de tu casa con actitud de campeón/na, como desafiando el mundo y la fuerza de gravedad. El taxista debe notar que sos una persona muy segura de vos misma, dura de matar, perdón, quise decir, de robar. Es, en esta etapa de la vida donde debés de poner en práctica lo que dicen las encuestas alteradas, que somos uno de los países más positivos y felices del mundo, debés de salir sin miedo, desafiando las leyes de las probabilidades de que te asalten y golpeen.

5. Al momento de seleccionar un taxi, tus opciones se deben reducir  automáticamente a aquellos que se encuentran aglomerados y parqueados en centros comerciales, universidades, paradas de buses  o lugares públicos de tu confianza. Mucho mejor si el taxista es “amigo” del resto de agremiados. Tenés que fijarte si el taxista está hablando y sonriente con la gente de su entorno, esto es un indicador que el hombre anda trabajando y no robando. Evitá en la medida de lo posible tomar un taxi que “va de pasada” sobre una carretera.

6. Revisa mentalmente que el taxista tenga de manera visible los siguientes elementos: Placa color rojo, rótulo de taxi visible, stiker de rodamiento actualizado, líneas horizontales de cuadros sobre la carrocería, número de la placa en las puertas y condones por si acaso.

7. Preferiblemente que sea un señor viejito, así cualquier cosa podés salir corriendo a gritos y él no te alcanzará, además de reducir la tentación de desviarte a un motel.

8. Jamás abordés un taxi donde el conductor use gorra y lentes de sol a la misma vez, además de ser anti-fashion, es una alarma de peligro.

9. Apréndete de memoria la dirección del sitio a dónde vas, que el taxista sienta  que tu rutina diaria implica ir y venir a ese sitio cada día, incluso, aunque sea “tu primera vez” Huy huy!!! Queda descartado apuntar la dirección en la mano  o un papel y que el conductor te vea leyéndolos, si lo hacés estás “APLAZADO”.


Durante la taxiventura. 

10. Esa primera impresión cuenta: Acércate al taxista con cara de enojado, arrugando la frente y fingiendo que sos de Managua (En caso de no serlo). Tu seguridad debe ser la misma que la de los chavalos que te hacían bullying en el colegio. 

11. Regatea el precio. Pero ojo!!! Muy barato puede ser alerta de peligro. Es preferible que te cobre un poco más y no un poco menos. A mí me gusta pensar que “ese poco más” es un pago por seguridad que me relajará durante el viaje.

12. Tu asiento debe ser única y exclusivamente el de atrás, al mejor estilo Marilyn Monroe, aunque eso implique no ir sacando el codo de manera fachenta en el asiento delantero para que todas tus amistades pobres que van en ruta te vean. 

13. Envía a alguna amistad,  familiar o amante, el número de la placa y el color del carro que abordás. En momentos de estrés se te puede olvidar todo. Mujer prevenida, vale por dos.

14. Pídele al taxista que baje el volumen de la música a modo “gente-humana”, así por cualquier eventualidad desagradable tus gritos se escucharan hasta Júpiter y un policía de esos eficaces y eficientes que tenemos por aquí, saldrá en tu rescate inmediatamente.

15. Coloca el seguro de las puertas, no estoy “seguro” porque, pero colócalo.

16. Dejá el vidrio de la ventana subido hasta la mitad, es recomendable para evitar que las manos de afuera entren a arrebatarte bolsos y carteras, pero también para que el aire fresco y acogedor de Managua entren y ventilen tú ya sudada frente y nalgas. 

17. Mientras ya vas instalado en el taxi-movil, es momento de poner en práctica tus técnicas de actuación y fingir que alguien te saluda desde afuera, o bien, que alguien te llamó al celular para decirte que te vio pasar en el taxi. El objetivo de esto es “llamar la atención, pero sin llamarla” del señor taxista, para que vea que en caso de pasarte algo hubieron testigos “masayas”.

18. Olvida, guarda, esconde o elimina cualquier equipo electrónico que distraiga tus sentidos del modo “ALERTA”… estos pueden ser: Celulares, audífonos, tabletas, computadoras portátiles, etc. A presumir a otro lado!!!

19. Hazte amigo/a del taxista, preguntale sobre el clima, Barney, los pelos de las Chayo, y la política, o mejor aún, háblale mal de los policías de tránsito y te aseguro que ganás puntos y las probabilidades de que te roben disminuirán en un 50.5%.

20. Finge que tienes algún problema familiar y obliga al taxista a que escuche tus problemas, presiónalo para que sea tu psicólogo o terapeuta. Si le causas lastima, disminuirán las posibilidades de que te robe. Nadie le quiere robar a quien ya de por sí está hecho mierda.

21. Si te lleva por un barrio pobre, de esos que solo ves en la sección de sucesos del periódico o la televisión,  o bien a un lugar que no conocés, pregúntale en tono curioso-defensivo y con cara de "Ajaaaaa"  ¿Cómo es que se llama esta zona? Si te hace algo por ahí, al menos sabrás donde estarás y quizás sepas para donde correr.

Y lo más importante, agradece y se amable en todo momento con el taxista.

Y vos.... ¿Qué otra sugerencia tenés?  





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